lunes, 6 de julio de 2015

¿Cuanto antes...¡mejor!?

Cuando nos convertimos en madres parece que entramos en una carrera de logros, de ver con cuántos meses nuestro peque se empieza a dar la vuelta, a arrastrar, levantarse, cuándo empieza a andar... y es cierto que en ocasiones se vive con cierta impaciencia y expectación y es que, cada uno de sus pequeños avances nos llenan de orgullo e inmensa alegría. Pero también es cierto que el cuanto antes mejor no siempre es cierto, y en muchas ocasiones es contraproducente, ya que si les atosigamos para que adquieran ciertas destrezas, les estamos impidiendo que trabajen otras que son las que el niño necesita en dicho momento para su correcto desarrollo motor.

¿Quién no ha puesto a su niño rodeado de cojines para que esté sentado?, ¿o le ha cogido de los brazos para que se mantenga de pie?, ¿o le coge de las manitas y le hace dar unos pasitos cuando sus piernas aún están fofas y se van retorciendo mientras avanza?