jueves, 26 de marzo de 2015

Con mi hijo aprendo a vivir

Hace 26 meses que me convertí en mamá, cuando mi cuchuflín empezó a crecer en mi vientre. Ahora ya tiene 17 meses y ¡es una ricura de niño! Quién me iba  a decir a mi que esto de ser mamá es lo más gratificante que hay, una aventura apasionante, un continuo aprendizaje en el que aprendemos más nosotros que ellos...un recorrer la vida juntos y volver a redescubrirla con ojos de niño, con sus ojos que todo lo ven, que todo lo captan, que todo les emociona y hace que esos ojitos preciosos se iluminen... ¡volver a disfrutar al  máximo de las pequeñas cosas del día a día!

Está claro que en esto de la maternidad no todo es de color de rosas y también pasamos por momentos de nubarrón y tormenta, sus momentos de histeria y agotamiento, de hipocondría, de noches que parecen no tener fin...no faltan los quebraderos de cabeza y padecimientos...con deciros que tras el parto y tras "sobrevivir" el primer mes  se me fueron todas las ganas de tener más hijos, a mi que siempre he querido tener un gran familia numerosa... Pero una vez pasa la tormenta, sale el sol, y ¡QUÉ SOL! Un sol, que no deja de resplandecer y hace que tu vida, que a muchos-muchísimooooos podría parecer monótona y aburridísima, sea una verdadera verbena, una fiesta, ¡una TÓMBOLA DE LUZ Y DE COLOOOOOOR! Por esto es por lo que empiezo este blog, para compartir con todos vosotros la preciosa aventura de ser mamá, de vivir la maternidad al 100 por 100, de tener una vida plena y muy feliz habiendo dejado mi  trabajo de maestra cuando se me acabó la baja de maternidad y rechazado oportunidades muy buenas que me han ido surgiendo en estos 17 meses,  para estar en casa amando, criando, creciendo, aprendiendo con mi precioso hijo, ¡un hijo que me transmite las ganas inmensas de vivir y de comerme el mundo!

¿¿Os unís a compartir conmigo esta preciosa aventura??

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