Hoy nuestro ingenioso hijo de 4 años nos ha dicho que él se encargaba de la cena, y él solito se las ha apañado para coger las cosas que necesitaba y prepararlo todo. Ha hecho círculos de pan de molde ayudándose de un vaso y con los restos ha preparado una ensalada. Ha llenado botellas con agua y ha puesto la mesa para todos.
La cara de orgullo al acabar bien ha merecido la pena, a pesar del estampado de tomate en su camiseta y en la mesa y la cantidad de trozos y migas de pan que han quedado por el suelo.